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El plazo para actualizar y homologar los sistemas de alarma en cumplimiento con la Orden INT/316/2011 está a punto de concluir el 31 de diciembre de 2023. Aunque parezca que el fin de 2023 está cerca, no es recomendable esperar al último momento para asegurar la protección de tu negocio.
El 31 de diciembre de 2023 marca el final del período transitorio establecido por la normativa de seguridad privada para la adecuación de los sistemas de seguridad instalados a los grados de seguridad correspondientes. Esta normativa exige la adaptación de los sistemas de seguridad instalados a los grados de seguridad correspondientes.
En el caso de los negocios con especiales necesidades de seguridad a grado 3.
En el caso del resto de alarmas que no cuenten con grado o sea inferior a Grado 2, justo deberán ser sustuitidas por equipos homologados Grado 2 antes del 31 de diciembre, fecha en la que dejarán de prestar servicio.
Las sanciones por no actualizar una alarma de Grado 3 pueden variar según la legislación y regulaciones locales específicas, así como las circunstancias individuales del caso. Sin embargo, en general, no cumplir con la actualización requerida de una alarma de Grado 3 puede llevar a las siguientes sanciones:
Las autoridades competentes pueden imponer multas monetarias sustanciales a los propietarios de negocios que no cumplan con los requisitos de seguridad, lo que puede resultar en costos significativos
En algunos casos, las autoridades pueden ordenar la desconexión del sistema de alarma no actualizado, dejando al negocio sin protección y aumentando su vulnerabilidad ante posibles robos o intrusiones.
Si un negocio no actualiza su sistema de alarma de Grado 3 y se produce un robo u otro incidente relacionado con la seguridad, el propietario podría enfrentar consecuencias legales por contar con un equipo fuera de la legalidad.
Como resultado colateral de la falta de legalidad, podría devenir en la anulación de coberturas de seguros por cualquier daño o pérdida resultante, lo que podría llevar a litigios y costes legales. Las compañías de seguros pueden negar o reducir la cobertura de seguros si el negocio no cumple con los estándares de seguridad requeridos, lo que podría resultar en pérdidas financieras adicionales en caso de incidentes.
Los grados de seguridad son una herramienta esencial para categorizar los sistemas de alarma según su nivel de protección. Las alarmas de grado 3, aunque poco comunes, desempeñan un papel fundamental y se instalan exclusivamente en establecimientos que requieren un nivel de seguridad excepcional.
Estas alarmas de grado 3 operan mediante una conexión con una Central Receptora de Alarmas (CRA) o un centro de control. La central tiene la responsabilidad de analizar las señales emitidas por la alarma. Además, estas alarmas incluyen la vigilancia a través de cámaras de seguridad estratégicamente ubicadas en los puntos más sensibles del negocio o establecimiento.
Las alarmas de grado 3 ocupan el segundo lugar en cuanto a nivel de seguridad, justo por debajo de las de grado 4.
Estos sistemas no están tan enfocados para su uso en viviendas, sino que están diseñados de forma específica para espacios que requieren una seguridad adicional. Así la alarma de grado 3, calificada como de riesgo medio-alto es obligatoria en cualquiera de los siguientes tipos de negocios:
La normativa actual sobre seguridad privada, que ha sido elaborada tras un exhaustivo análisis del riesgo de robos en negocios, establece que cada uno de estos establecimientos tiene necesidades específicas que justifican la instalación de una alarma de grado 3. debido a su riesgo medio-alto de robos.
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