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Los detectores volumétricos, nos referirnos a los diferentes tipos de sensores capaces de detectar y precisar el volumen de un objeto determinado. Son los verdaderos “ojos” del sistema de alarma y un elemento vital para su correcto funcionamiento. Veamos más sobre cómo funciona un detector volumétrico y que tipos de detector existen.
Los sensores volumétricos son el sistema básico con la que la central de alarma registra la intrusión de nuestro hogar, siendo el principal tipo de sensor en sistemas de seguridad. Son los sensores que controlan cualquier cambio en la estancia o pasillo que controlan.
Con el tiempo, estos sensores han ido mejorando en tecnología y su calibración y sensibilidad. Son más sofisticados y eficaces y las falsas alarmas o los problemas técnicos son mucho menos frecuentes que en décadas anteriores.
En 2022, con la vuelta a la normalidad tras la pandemia y tras los años más duros del COVID-19, los robos en viviendas han vuelto a aumentar en áreas como la Comunidad de Madrid en la misma como lo ha hecho la libertad de movimiento y la vuelta paulatina a la normalidad, subiendo a niveles previos a la pandemia.
Es por lo que un buen sistema de alarma es garantía de tranquilidad en nuestro hogar, segunda residencia o negocio y los detectores volumétricos, en sus diferentes tipos, son el principal sistema de detección de una alarma moderna, desde aquellas más básicas a los modelos tope de gama de los fabricantes líderes de la seguridad.
Los detectores o sensores volumétricos se encargan de, en pocas palabras, detectar el volumen (el espacio que ocupa un cuerpo) de los objetos que están en su área de control y detección. De esta manera, si se instalan con estrategia y el adecuado conocimiento, ayudan a detectar posibles ladrones o intrusos con tu equipo de alarma.
Entre las principales ventajas de los sensores volumétricos, podemos encontrar los siguientes:
Existe una variedad de sistemas de seguridad bastante amplia en el mercado (especialmente de interior) que utilizan los tres tipos principales de sensores volumétricos, cada uno de ellos funciona de manera diferente y presenta una serie de ventajas y desventajas:
Como su nombre indica descriptivamente, se basan en el uso de la luz infrarroja y en su detección. Como fundamento de su funcionamiento, todos los seres vivos emiten radiación infrarroja en mayor o menor medida, en un umbral determinado. Debido a la temperatura corporal, los seres vivos emitimos bastante más radiación media que los objetos inertes, especialmente si no tienen una alta temperatura.
Los sensores volumétricos que funcionan por tecnología infrarroja detectan esto, de tal manera que hacen saltar los sistemas de alarma cuando hay una diferencia muy amplia entre la radiación del entorno y un ser (emisor de radiación) que está en el alcance de su haz de detección.
De esta manera, son sin lugar a dudas el dispositivo más utilizado por parte de las distintas empresas de seguridad. Aunque cuentan con muchas ventajas y son el estándar de la industria por su buen funcionamiento general, son muy sensibles a cambios de temperatura ambiente.
La otra familia de sensores del mercado aplica la tecnología de microondas. En este caso, para entender su funcionamiento, debemos ver el efecto Doppler, un fenómeno de cambio de frecuencia aparente de una onda producido por el movimiento relativo de la fuente respecto a su observador.
Aplicado al mecanismo de detección volumétrica, las ondas que los seres emiten al moverse cerca del sistema de alarma, son detectadas por esta tecnología y confirma el positivo de intrusión cuando se detecta este efecto dentro del haz de detección. El principal problema de este sensor es que tiene un nivel de falsas alarmas es más alto, por lo que en general es menos usado.
El tercer detector volumétrico es una combinación de la tecnología de infrarrojos y de microondas. Es la más utilizada en general por que suple las carencias que tienen los otros dos tipos de detectores utilizando la combinación de infrarrojos y microondas.
Con estas dos tecnologías en aplicación, la alarma saltaría únicamente cuando hubiera una detección de un cambio brusco tanto en temperatura (infrarrojos) y por movimiento (microondas), ambas cosas. Esto le permite bajar enormemente el número de falsas alarmas y ser la mejor opción a pesar de ser más elevada de precio.
A la hora de acometer una instalación de un sistema de seguridad, una de las decisiones que hay que tomar es el tipo de sensor que debemos utilizar en un caso concreto.
Algunos factores son:
La casuística habitual nos habla de que en entornos donde se necesiten sistemas de seguridad tanto internos como externos, como las fábricas, almacenes, locales comerciales grandes, los detectores de doble tecnología son más recomendables. En lugares más pequeños, como pueden ser una tienda o una oficina, un detector por infrarrojos (PIR) o por microondas será una correcta elección.
En cualquier caso, un técnico o asesor experimentado como con los que cuenta Lasser le dará la mejor opción y una elección de equipos a la medida de su caso.
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